Arrancó pisando fuerte

Era el plato fuerte de la jornada, al que se podría efectivamente considerar un duelo clásico. Dos viejos rivales que volvieron a medirse una vez más, en esta ocasión con victoria canaria. El primer tiempo de El Tanque fue monumental. Llevó su propuesta ofensiva al campo del Cerri, a quien prácticamente no lo dejó cruzar la cancha, con una acertada presión en el medio. Con un enchufadísimo Luciano Ramírez generaron numerosas situaciones de gol. El poste y las buenas intervenciones de Jonathan Viera evitaron que el tanto de apertura apareciera de forma prematura. Pero Agustín Duarte plasmó la hegemonía en cancha tras recibir asistencia de Ramírez. El delantero que esperaba de espaldas en el área chica, giró y ejecutó fuerte para anotar el primero. Instantes después llegó el segundo con algunas características similares pero mucho más espectacular. Esta vez la asistencia fue del portero Gastón Cabrera que despejó desde su meta. Duarte nuevamente de espaldas al arco dejó picar el esférico para súbitamente probar un latigazo de volea que tomó por sorpresa al arquero Viera, que con la vista obstaculizada no pudo evitar que la pelota se fuera al fondo de la red. Ante un inusual primer tiempo carente de ideas, El Cerri pretendió responder en el complemento, pero prácticamente no generó situaciones de peligro ya que el Tanque seguía muy sólido en todas sus líneas. La más clara para el descuento fue una combinación entre Facundo Freiré y Richard Magurno que el guardameta Cabrera rechazó con la punta de los dedos. También Ramírez estuvo muy cerca de anotar el tercero antes del final, pero el marcador permaneció inmóvil hasta el silbato final, asegurando una victoria importantísima para El Tanque ante uno de los contrincantes más difíciles.